...Y Cascarito se subió al terrado para mostrarle a su padre las obras y la bomba de babas...
¡Qué sorpresa cuando descubrió que no estaba la bomba!
¿Y quién querría una bomba de babas?
Después de un par de llamadas, consiguió contactar con el encargado de la cuadrilla de babosas de la obra.
"no habían visto una bomba en ningún momento"...
¿Sería la babosa del 1º que apenas podía con su cáscara?
Cascarito consigió aguantar sus babas rabiosas...
y sin más se dirigió a la Comisaría de los mocos d'esquadra a denunciar el robo de la bomba...
Y cual fue su sorpresa al descubrir la Comisaría...
Estaba en un parque, con un lago, llena de caracoles y babosas, jóvenes y guapos...
Cascarito no pudo evitar imaginarse con el uniforme azul...
... y ahora entraba una babosa... le habían robado el bolso...
...A ahora salía un caracol con los ojos achinados... sería japonés? chino? o tal vez honkonés?
Cansado de esperar, Cascarito decidió volver a la noche...
Y a la noche volvió...
estaba el mismo moco en la puerta, que con una sonrisa dió la bienvenida a Cascarito...
"Tendrá usted que esperar un ratito, que estamos cambiando de turno"...
Y empezaron a entrar y salir los mocos d'esquadra, con y sin uniforme... y a cual más joven, simpático y fornido...
Porfín Cascarito pudo pasar al despacho y contar la historia de su bomba entre las risas de los mocos...
El moco que le atendió era guapo y afable...
Y de nuevo, ¡que sorpresa al saber que el moco era un ex-diseñador de cáscaras! ¡como Cascarito!
Cascarito no pudo retenerse y matar el moco a preguntas... mientras éste iba redactando la denuncia y en el despacho de al lado iban pasando personajes diversos con historias terroríficas...
Al cabo de los meses... en la silla donde estaba el moco ex-diseñador de cáscaras, se encontraba sentado Cascarito, el de la bomba de babas...